jueves, 30 de julio de 2009

Scioli pide que le den una mano

La inesperada derrota del Justicialismo en la Provincia de Buenos Aires ha establecido un nuevo escenario político en dicho distrito, como también a nivel nacional.
Ante esta situación, los principales dirigentes del oficialismo, preocupados por la derrota, ya estarían planeando un cambio de estrategia.
La renuncia de Kirchner a la presidencia del justicialismo, ha dejado a un Daniel Scioli como cabeza del partido, y en el seno interno ya se comenta que crecen sus aspiraciones para suceder la presidencia en el 2011.

Aunque este no sería el único rumor que habría trascendido. Al parecer, el manco gobernador haría escala en el quirófano antes de las elecciones presidenciales. Según fuentes muy poco confiables, el candidato testimonial del justicialismo en las ultimas elecciones legislativas ha decidido realizarse un implante del miembro perdido varios años atrás tras un accidente náutico. (Si usted lector, piensa que aquí se maneja un doble sentido, y que la nota continuará con que Scioli se hará un implante cerebral, me estaría subestimando. Por más simio que parezca, una persona que careciera de materia gris difícilmente podría haberse acomodado de una manera tan brillante dentro de tantos gobiernos).

Algunas versiones sostienen que el Gobernador de Buenos Aires habría tomado esta decisión para volver a ganar relevancia y popularidad en la escena política, y así llegar fortalecido a la campaña presidencial para el 2011.

Sin embargo, otras fuentes sostienen que el principal motivo de dicha decisión es que, hasta el momento, todos los presidentes Justicialistas han timoneado los destinos de la Nación con ambos brazos, por lo que su manca condición iría en contra de las costumbres históricas del popular partido, por representar un símbolo impotencia y debilidad respecto a sus predecesores.
Esta hipótesis cobro más fuerza en las ultimas horas ya que según la secretaria del cirujano, se escucho de la boca del mismo Scioli que: “La presidencia de la Nación demanda una responsabilidad que no puede tomarse a la ligera. Históricamente todos los presidentes justicialistas han choreado a dos manos, y no quiero ser la excepción. Lo último que quiero es defraudar a todos aquellos que confiaron en mí sabiendo de antemano que voy a robar a lo pavote”.

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